miércoles, 21 de septiembre de 2011

MARÍA DEL VALLE SANTUCHO (COTY)


"La revolución somos nosotros mismos...
es nuestra conciencia la que nos juzga y
nos critica y nos exige"
José Martí

María del Valle Santucho era una trigueñita de 26 años (aunque aparentaba mucho menos), 1, 60 m de estatura, 55 kgs de peso, ojos pardos cabellos castaños. Hija de Carlos Iber Santucho (hermano del líder guerrillero) y Helvecia Castelli (a quien todos llamaban Bechia), integró el Frente Militar del PRT-ERP con el apodo de Coty. La joven debía participar en una de las contenciones montadas por la Compañía “Juan de Olivera”
El 19 de diciembre, dos días antes de concentrarse para la acción, Coty participaba de una de las reuniones con los otros dos integrantes de su célula en una casa operativa de Lomas de Zamora. Sorpresivamente irrumpió en el departamento una unidad policial y los tres fueron detenidos. A los vecinos les llamó la atención ver a este grupo de jóvenes o tal vez ellos hicieron algún movimiento que resultó sospechoso… Llamaron a un patrullero y se los llevaron a todos. La madre de Coty interpuso de inmediato un habeas corpus ante la justicia, sin resultado. Los detenidos no fueron legalizados, se los derivó al batallón 601 de Inteligencia Militar para su interrogatorio
Coty, la única hija de Carlos, para esa época ya estaba separada de su primer esposo, Molina y Vedia, que no compartía sus ideas. Salía muy temprano y volvía al anochecer. Nunca olvidaré su risa contagiosa, su alegría de estar haciendo lo que de alma quería. Nos contaba que había conocido una familia de origen campesino, que tomaba todas las mañanas leche al pie de la vaca. Le preguntamos:!¿Y no eran gordos?” respondía: “Sí”, entre risas

Blanca Santucho (Tía)

“Antes del combate de Monte Chingolo, María del Valle Santucho (Coty) le pidió a su madre… que le hiciera una bandera del ERP con las palabras bordadas “Compañía Juan de Olivera”. Aunque Coty fue apresada con sus compañeros de célula cuatro días antes del ataque al Batallón 601, esta bandera fue la desplegada durante la formación en la “Casa de las 37 Caídas”
“Blanca tenía en venta su departamento de la calle Montevideo…ya allanado, y para ver si había novedades, el 23 de diciembre llamó por teléfono a la inmobiliaria. La martillera le respondió:” ¿Por qué no me dejaste las llaves?...La policía se presentó en el edificio, violentaron la puerta y al no encontrar a nadie destrozaron el departamento. Trajeron a una chica muy parecida a vos.”. Pory y Bechia partieron de inmediato al departamento recién allanado. La portera al ver llegar a la tía de Coty, le dijo con el rostro demudado:”Por favor no venga más”…
Al mostrarle una foto de Coty, la portera reconoció que esa era la chica. Llegaron a las trece horas del día. La traían envuelta en una frazada, en el asiento posterior, semiinconsciente, como medio muerta…
Es posible que los interrogadores le exigieran a Coty que entregase una casa operativa. La muchacha después de cuatro días de tormentos y sabiendo que Pory ya no vivía más allí, les dio la dirección…
Pocos días después del secuestro de Coty, Mario Roberto Santucho le escribió una carta a Bechia, donde le decía:”Te felicito de todo corazón porque tu hija, en el momento más cruel al que puede ser sometido un ser humano, se comportó como una verdadera integrante de nuestras filas. Nadie cayó por su culpa y esto debe enorgullecerte como madre. Te hago saber que todos y cada uno de nosotros te acompañamos en el duro trance por el que atraviesas, y yo particularmente me siento plenamente satisfecho por su heroica conducta. Con todo cariño, Roby”
...Quizás con la intención de inflar la cantidad de bajas del ERP, o tal vez para exponer algunos “trofeos de guerra” ante los jefes del ejército, los desaparecidos Juan Pedro Belluz, Juana María Insaurralde de Gómez y María del Valle Santucho fueron trasladados desde los centros clandestinos donde permanecían detenidos al Batallón de Arsenales 601…
El 24 de diciembre, los tres fueron masacrados por los militares. Juan Belluz fue muerto por varias ráfagas de ametralladora. A María del Valle Santucho, le dispararon en el brazo derecho, en el hombro izquierdo y finalmente en el abdomen. Murió desangrada. El cuerpo de Coty presentaba además la fractura de su pierna derecha. Con Juana María Insaurralde utilizaron un método diferente. Viva, le pasaron por arriba un Carrier M113, de modo que las orugas le aplastaron la cabeza. No conformes con semejante barbaridad, los hombres de inteligencia le prendieron fuego a sus restos…
Los restos de las tres víctimas fueron colocados, junto con los demás caídos, en el segundo galpón, al oeste del Casino de Suboficiales…
Los cuerpos…permanecieron como NN hasta muchos años después del combate de Monte Chingolo, cuando fueron identificados merced a los esfuerzos del Equipo Argentino de Antropología Forense…” Plis-Sterenberg, Gustavo. “Monte Chingolo. La mayor batalla de la guerrilla argentina”, Buenos Aires, 2006.

LAS COMPLICIDADES: LUIS BUCCI DIRECTOR DEL ENAM


El 27 de mayo de 1977, yo tenía 16 años y cursaba 5° año en el Normal de Banfield, (Media N° 21) a la hora, casi el 28 de mayo, irrumpieron en mi casa un grupo de personas de civil, fuertemente armadas, me requirieron el documento para verificar mi identidad, estaba en presencia de mis padres y mi hermano que era menor de edad, y bueno, me secuestraron en un automóvil, viajé en la parte de atrás, supuestamente hubo otro secuestro y bueno, después de viajar un largo rato, varias horas, llegué a lo que después conocí como La Cacha, estuve detenida desde el 27 de mayo hasta 08 de agosto de 1977 en ese lugar, digamos, que pasando por diversos lugares del mismo campo, en una oportunidad me mostraron legajos de la escuela donde yo concurría, que habían sido proporcionados supuestamente por el Director en ese momento de la escuela, eran legajos escolares míos, de otro estudiante que también estuvo secuestrado en La Cacha que se llamaba Rubén Guerenschstein,, de otras estudiantes, Mónica Tresaco y Margarita Ercole que sin embargo yo pensé que estaban Secuestradas pero fueron secuestradas el 03 de agosto del 77, pero obraban en ese momento en poder de los Secuestradores, los legajos escolares con las fotos y los datos de haber participado en el Centro de Estudiantes…. de haber participado en algún grupo, en el Centro de Estudiantes del Secundario, el haber encabezado alguna marcha, o algún pedido, el haber manifestado en alguna oportunidad opiniones políticas contrarias a la Dictadura, y bueno, digamos que supuestamente era eso, la pertenencia al Centro de Estudiantes, y las Actividades que los alumnos realizaban en el Centro de Estudiantes.
…Yo estuve en otro lugar, varios días, más de un mes en un sótano, donde había determinado grupo de personas, entre los cuales se encontraban Rubén Guerenschtein y Judith Golberg, que era estudiante de Derecho de La Plata, que la conocía también, porque había sido estudiante secundario en la zona, y que habían sido detenidos el mismo día, el 27 de mayo de 1977, estuvieron ahí bastante tiempo, después estuvieron en otro lugar, que se llamaba la Cachavacha Súper-star o la Casa Azul, que supuestamente estaban sin esposas y podían realizar algunas actividades, y volvieron el 07 de agosto, un día antes de mi liberación y yo los pude ver y me contaron eso. Al día siguiente el 08 de agosto, me llevaron de nuevo a mi casa, golpearon la puerta y me devolvieron con mi documento, diciéndoles a mis padres que bueno, la próxima vez iba a terminar en una zanja. ..…Unas semanas antes de mi secuestro se habían presentado en la escuela, Policías de civil y según la secretaria de aquel momento, el Director les había entregado la información de todos los estudiantes que habían participado en el Centro de Estudiantes, ...Héctor Bucci, mi mismo apellido pero no tengo ningún parentesco, Luis Héctor Bucci y el Vice director, que era el Interventor, se llamaba Simón Orlit, eran las personas que dirigían la Institución en ese momento, los legajos yo los vi, porque me los mostraron, era el mío el de Rubén Guerenschtein, el de Mónica Tresaco, que también desapareció el 03 de agosto, el de Margarita Ercole que ya no era alumna, pero sin embargo también lo tenían, que estaba estudiando en La Plata, y de otras personas que no los recuerdo, que no los conocía …
Juicio por la verdad APDH La Plata, octubre de 1999

MARÍA ROSA PARGAS - ALBERTO MIGUEL CAMPS


"Quisiera que me recuerden
junto a la risa de los felices,
la seguridad de los justos,
el sufrimiento de los humildes"
Joaquín Enrique Areta (militante de la UES, JUP y Montoneros, desaparecido el
20/06/78)
Alberto tenía una gran habilidad manual. Mientras estuvo preso en Trelew tallaba en madera fusiles FAL en miniatura, luego los tiznaba en las estufas. La idea era enseñar su manejo al resto de los compañeros. Era estudiante de bioquímica.
En Trelew conoció a María Rosa Pargas, su esposa. Se comunicaban a través de un agujerito que había en el techo, porque en el piso de arriba estaban las chicas.
Yo participé en la fuga de Trelew, me equivoqué en la interpretación de las señas. Si bien esto no fue determinante, sí uno de los elementos del fracaso parcial. Después caí preso. Siempre me sentí culpable por esta situación. Cuando salí de la cárcel, recibí toda la ayuda y el apoyo de Alberto Camps y María Antonia Berger (1). Ellos comprendieron cómo me podía sentir, por eso siempre me impulsaron, jamás tuvieron una actitud recriminatoria. María Antonia y Alberto eran los que más podrían haber tenido resentimientos, pero no fue así. Ni fue casualidad que terminé viviendo en la casa de Alberto. Fui su responsable y a él le pareció bien. Esto lo pinta como un tipo de una gran integridad.
Viví unos meses en la casa de Alberto, en Lomas de Zamora. Ellos tenían una bebita y un varoncito que fueron recuperados por sus abuelos en un hospital, donde los dejaron los militares. Muchos años después encontré a la hija de Alberto en un homenaje a los caídos en Trelew, intenté conectarme con ella, pero parece que le resulta difícil poder hablar de esto.
Alberto y yo solíamos poner la silla en la puerta, como era costumbre en el barrio. Cierto día, después del golpe un vecino se acercó para charlar y nos confesó su deseo: “Que hubiera más Montoneros”. Corría el año `77 y con Alberto nos quedamos mudos.
En julio del `77 tuve que viajar a México, para participar en una reunión. Como yo conocía y vivía en la casa de María Rosa y Alberto debía mantener un control diario y telefónico. Una agrupación de discapacitados, gente maravillosa, atendía esos llamados. Nosotros pensábamos que no sabían nada, sin embargo todo lo conocían, razón por la cual muchos fueron secuestrados. Ellos recibían nuestros mensajes en código, por ejemplo que estaba enfermo y no podía ir significaba que había caído. Ese día tomé un micro que me dejó en Río de Janeiro, pero me había olvidado de llamar a Alberto. Me volví loco de angustia cuando me di cuenta que iba a levantar su casa. Al llegar a Brasil me encontré con un compañero del Sindicato Municipal de Avellaneda, se llamaba Trobato, regresaba al país, por lo que le pedí que llamara por teléfono para avisar que todo estaba bien. Alberto regresó a su casa una semana después, pero ya había sido localizado por otro lado. La ex mujer de Martín Grassi había estado en la vivienda de Alberto y recordaba las ricas facturas que había comido. Así que los servicios de inteligencia la subieron en un helicóptero y reconocieron el lugar a partir de una panadería en la calle Colombres, de esa forma rastrearon la casa. Yo me quería morir, porque si no hubiera llamado, hubieran levantado la casa. Se produjo el enfrentamiento entre Alberto y los militares. Volví en el año `83 al barrio y vi las marcas de los tiros en la pared.
María Rosa era una mujer muy cálida con los chicos. Cuando desapareció Pili me trajeron a mi hija que tenía un año. Me quedé con ellos un mes más hasta que decidí las cosas que había hablado con mi esposa. A María Rosa la cargaban porque tenía la boca grande y le decían que tenía boca para chupar naranjas. Era una tipa bárbara y yo le tenía una gran confianza, tanta que fue quien llevó a mi hija a la casa de mis padres
Jorge Lewinger (Compañero de militancia)
1) Alberto Camps, María Antonia Berger y René Haidar fueron los únicos sobrevivientes de la Masacre de Trelew. María Antonia Berger fue una licenciada en sociología argentina, militante de la organización FAR- Montoneros. Berger fue asesinada en 1979 por las fuerzas armadas y su cuerpo fue exhibido en la ESMA a modo de trofeo y luego desaparecido. René Ricardo Haidar era Ingeniero químico, había sido detenido el 22 de febrero de 1972. Evadió las ráfagas de ametralladoras introduciéndose en su celda, donde fue herido. En la fecha de la masacre tenía 28 años. Secuestrado nuevamente el 18 de diciembre de 1982, permanece desaparecido.

LA GABY NORMA ARROSTITO

"YO NO COLABORO NI ME RINDO"

La conocí en la sede del club Banfield, en el 72, sin saber que era ella. Ese día, el Pato Galmarini, la Gaby y yo tomamos un café. En aquel momento había decidido irme del país. Estaba por embarcarme, pero el Pato insistió tanto para que me quedara y comenzara a militar que desista de mi idea original. Y comencé a trabajar con ella, era su chofer, nos veíamos cada vez que ella lo indicaba. Me pedía que estuviéramos en tal lugar, o en una reunión de UBRE (Unidad Básica Revolucionaria), cuando necesitaba tal coche yo se lo conseguía.
Era una persona especial, de gran sencillez y de una gran fortaleza. Cuando evaluaba determinada situación y no estaba de acuerdo en tal o cual cosa con sectores de la Orga, se enfrentaba sin dudarlo, sola o no.
Corría el año de las tomas de hospitales y otras instituciones, en esa oportunidad, nosotros tomamos el Estévez, porque habíamos localizado casos concretos de corrupción entre el director del instituto y los proveedores, además del maltrato que sufrían las internas. La Gaby participó de esa toma y para esa época me regaló un revólver que perdí cuando me exilié. También me regaló una campera que siempre usaba. Hoy, si tuviera que retratarla a través de una fotografía lo haría con esa campera de cuero que siempre llevaba.
Yo trabajaba en una pileta que se encontraba en la calle San Eduardo, cerca de Pasco. Gaby apareció una vez y charlamos mucho. Yo la escuchaba con tanta admiración aunque dijera cosas superficiales. Era tan especial que no necesitaba figurar ni ocupar cargos de importancia, simplemente tenía una sincera sensibilidad por el dolor ajeno y eso la impulsaba.
Durante la “Operación retorno”, ella tenía una responsabilidad, así que estuvo en Ezeiza donde recibió una herida de bala, por lo que la llevaron al hospital. La Orga, previendo que algo podía ocurrir en Ezeiza, destinó varias ambulancias en la zona. Yo manejaba una de ellas, así que con la ambulancia la saqué del hospital.
La Gaby no tenía un domicilio fijo. Algunas veces alquilaba, otras compartía la vivienda con los compañeros como la gorda Alicia de Almirante Brown, a quien quería mucho, con nosotros en Avellaneda, con la negra Cecilia, esposa del Colorado. Una vez me pidió que le alquilara una casa en Pasco. Aunque también solía ir a Budge, porque le gustaba quedarse allá.
Era muy recta. Recuerdo una vez que debía hacer tres postas, pero como el chofer de la Coca-Cola era un tipo simpático, lo llevamos con nosotros, le dimos de comer, jugamos al póker. Cuando la Gaby se enterró, se enojó y nos retó.
Yo estaba de acuerdo con la lucha que se estaba llevando a cabo, pero lo hacía desde un lugar sin elaborar, sin respetar las reglas del juego que internamente debía haber. Yo no cuidaba la forma, no tenía compartimentos secretos y en realidad había que tenerlos por seguridad de todos. Conocí lugares y personas con responsabilidad de otras zonas que no debía conocer
A pesar de todo, durante la dictadura seguí activando. No paraba en un lugar fijo, estaba en la costa, en la zona sur, en varios lados
Yo pienso que si tuviera que volver a nacer, elegiría vivir las mismas situaciones, con algunas modificaciones. Agradezco a Dios haber conocido a la Gaby, al Topo.
Y qué decir de Norma Arrostito, la Gaby,… que ella supera el tiempo, pasará a la historia, porque fue una persona que entregó su vida por sus ideales
Comanche (militante montonero)

Ella era jefa de la U.B. de combate de Lomas de Zamora. Como persona era una excelente compañera, militarmente era un cuadro muy importante. Yo tuve la suerte de hacer cursos de entrenamiento con ella.
Después de mayo de 1973, tomó los recaudos necesarios, nunca bajó la guardia; por seguridad no visitaba a su familia. Mantuvo una actitud abierta y bondadosa con los compañeros, tanto que en Lomas de Zamora recalaban la gente de izquierda, donde podían estar cómodos, a pesar de que ella no era crítica de la organización.
Se manejaba con mucha ductilidad y cuando te citaba, la veías venir con ruleros y una bolsa de feria. Ni imaginar lo que llevaba en la bolsa. Nadie la miraba dos veces, pasaba desapercibida totalmente. Muy querida por todos los compañeros. Si bien hubo muchos combatientes, ninguno de la envergadura de ella.
Era nuestra responsable, y al principio no sabíamos quién era, hasta que la vimos en el escenario de un acto. Se cuidaba en resguardar su identidad. Era una gran compañera, al igual que Daniel Gómez (Daniel Goldberg), quien cayó combatiendo en La Plata.
Cierto día del año 1974, Gaby nos contó:” No saben lo que me pasó anoche. Yo estaba acostada y en ese momento se detuvo un auto y se cerraron con un golpe las cuatro puertas. Pensé que se trataba de los milicos, por lo que agarré la ametralladora que estaba debajo de mi almohada, monté el block, tomé la granada que tenía en la mesa de luz, la puse en el mueblecito Me asomé por la ventana (dormía vestida) y vi que la policía venía a buscar a unos pibes de la casa de al lado por una cuestión de drogas”
El Topo, otro compañero, la escuchaba atentamente y le preguntó si dormía con la ametralladora y la pistola. Ella lo miró y le contestó:”La pistola la llevo en la cintura”
Su arma personal era una Walter B38, un arma alemana de la segunda guerra mundial, de las mejores pistolas que se hicieron.
Todos nos quedamos en silencio. Yo dormía con todo cerca. Ella estaba muy preparada. Para agarrarla viva tuvieron que hacer un operativo muy importante, no era fácil de atrapar.
Ella quería mucho a la U.B Capuano Martínez, ubicada detrás del Frigorífico Pedró, porque Capuano Martínez (1) había sido su amigo, asesinado en Barracas. Inclusive, ellos estuvieron viviendo cerca de la U.B., en Córdoba y Capitán Rojas. Gaby visitaba la U.B. como alguien de la J.P. de Almirante Brown, porque también estaba a cargo de esa zona.
Cierta vez se llevaba a cabo un evento al que fue. El compañero a cargo de la organización le dice:”Che, vos vení, hacé esto, lo otro”. Roberto, el colorado, (secretario de Turner), conociendo la identidad de Gaby, le pide al compañero que no la moleste y éste le responde que como la vio parada sin hacer nada, le ordenó que ayudara.
Gaby lo hizo callar al Colorado y se puso a trabajar junto a los demás. Ella era muy dulce, suave, para nada soberbia, pero con muchos dotes de mando. Su experiencia era militar, no en el trabajo de masas.
Norma Arrostito estaba viviendo en Banfield cuando la secuestraron. El ejército dice que la mató, sin embargo sobrevivientes de la E.S.M.A-, afirman haberla visto allí. La torturaron más que al resto de los detenidos y no colaboró, ni habló. La mantuvieron viva como un trofeo, la mataron cuando la consideraron irrecuperable.
Lito (militante de la J.P.)
A 30 AÑOS DE SU ASESINATO
El asesinato de Ramus y, especialmente, el de Abal Medina golpearon a Arrostito. "Estuvo muy mal porque no solamente era la muerte de Fernando, una cuestión de pareja sino que era un golpe muy fuerte a la organización", explica Canizo. Sin embargo, la certeza de que la lucha que se había emprendido continuaba y más fuerte aún, volvió a ponerla de pie. "Cuando yo la reencuentro, compruebo que sigue con la firmeza de siempre y consustanciada con el proyecto de su militancia, de su lucha". Arrostito seguía a pesar del dolor "cargándose la primavera", como canta Joan Manuel Serrat. "Cayéndose y volviéndose a levantar, la montonera".
Llegó el fin de la autoproclamada Revolución Argentina, el luche y vuelve estaba dando sus frutos. “En los años 71, 72 y 73- que era la época en la que estaba muy fresco lo de Aramburu- yo me encontraba en la pizzería Las carabelas de Lomas con ella. Y puedo asegurar que el que la quería reconocer, la podía reconocer porque estaba con su pelito de siempre. Era una persona sencilla y prolija”, afirma Canizo. Para esa época, Arrostito ya estaba desempeñándose en la columna sur de Montoneros, tal como apunta: “Ella comienza a trabajar con la gente de zona sur antes de la euforia camporista”. Sin embargo la “primavera” fue más efímera que nunca. Al tiempo, las persecuciones se agudizaron y la noche se volvió infranqueable. Los desencuentros con Juan Domingo Perón y el asedio lanzado a la izquierda peronista devolvieron a Montoneros a la noche, una noche que se presumía y se comprobó muy larga.
Corría el año 76. Las caídas de militantes se daban por doquier. Pero el 3 de diciembre los titulares daban un anuncio escalofriante. Los principales diarios argentinos destacaban ese día en sus primeras planas que una de las líderes de la organización revolucionaria Montoneros, Norma Arrostito, había sido "muerta durante un procedimiento" en el partido bonaerense de Lomas de Zamora. Nada parecía contradecir la información de la que se hacían eco los matutinos. Un parte militar proveía datos precisos: "El Comando de la Zona 1 informa que como resultado de las operaciones de lucha contra la subversión en desarrollo, fuerzas legales llevaron a cabo una operación el día 2 de diciembre, a las 21 horas, en (Manuel) Castro y Larrea, de la localidad de Lomas de Zamora. En esa oportunidad fue abatida la delincuente subversiva Esther Norma Arrostito de Roitvan, alias Norma, alias Gaby, una de las fundadoras y cabecillas de la banda autodenominada Montoneros." Al igual que la revista Gente, casi ninguno de los diarios argentinos se privó de festejar las "hazañas" logradas en ese mes por las "fuerzas legales". La Razón, se jactaba de los "golpes a la subversión"; La Opinión se enorgullecía: "Algo huele mejor en la Argentina". Elisa Tokar explica también el operativo que era casi moneda común para los marinos: "Ellos pensaban que probablemente con el tema de la picana, Norma iba a delatar. Entonces, mejor tenerla por muerta para que los otros, los que pudiesen caer, estén tranquilos porque estaba muerta y no iba a poder cantar nada. Era una maniobra militar. Pero ella los cagó: no delató absolutamente nada. Gaby se empastilló, ellos le sacan la pastilla. Ella tenía otra pastilla en el corpiño, se toma la otra pastilla en enfermería y ellos se la vuelven a sacar. Le dan sin asco, pero no cantó nada". Con el cianuro, Arrostito intentaba obtener una última victoria sobre la barbarie. Había pasado más de un año desde que los diarios anunciaron que Norma Arrostito había sido "abatida" en Lomas de Zamora. Fueron largos meses desde que una patota de la Armada la secuestrara en una cita en la Capital Federal. El cautiverio tenía que llegar a su fin. "Creo que la decisión de ejecutar a Gaby estuvo desde el momento en que la secuestran. En el caso de ella, la decisión era que no iba a sobrevivir", afirma Daleo. Desde que la Marina "chupó" a Arrostito no dejó de jactarse frente a las otras fuerzas de su hazaña. "Había visitas guiadas y parte del tours del horror era mostrar compañeros de relevancia, sobre todo en el caso de Gaby", apunta Graciela Daleo. Arrostito no era una prisionera más: era probablemente la guerrillera más conocida y estigmatizada de la Argentina. Además, era todo un emblema para los militantes que estaban secuestrados en la Escuela de Mecánica, a quien se la mostraban- cual trofeo de guerra- para minar sus resistencias.
"Era una persona que para los represores era casi una pieza de caza, un trofeo importante porque había sido la fundadora de Montoneros por su participación en el secuestro y ejecución de Aramburu, una tipa que era una militante, una revolucionaria", tal como la define Daleo. "El represor decide muchas cosas sobre las personas de los compañeros, no todas, por suerte. Porque el espacio de libertad que Gaby conservó para decidir su conducta, eso permaneció". A 30 años de su asesinato, aún parece resonar como mandato, como legado, como imperativo: "Yo no colaboro ni me rindo".

Bertoia, Luciana (Anred). La fogata.org, "A 30 años de su asesinato. Norma Arrostito, la guerrillera"

1) Carlos Capuano Martínez, estudiante de arquitectura, se inició políticamente en la Juventud Estudiantil Católica. Fue uno de los fundadores de Montoneros, murió a manos de la Policía en Barracas, en agosto de 1972.

DANIEL ALBERTO GOLDBERG (DANIEL TOPO GÓMEZ)

"Tomaré este destino compartido.
Sabré tocarloy descubrirlo;
masticar y romper el olvido"
Paco Urondo (poeta, periodista, militante de Montoneros, asesinado el 17/06/76.)

Daniel nació el mismo día que desapareció. El 29 de abril de 1946, nació en La Plata y después la familia se mudó a capital. Cursó la primaria en una escuela hebrea bilingüe, aprendió idish, también inglés. Era un músico nato, porque tocaba cualquier instrumento sin saber leer una nota. Su hijo mayor heredò la misma habilidad. Hizo el secundario en el Mariano Moreno, luego ingresó a la UBA, a la carrera de Medicina, con unas notas muy altas, a tal punto que hacia el final de la carrera logró un sobresaliente en Cirugía, por lo que el jefe de Cirugía lo convocó para trabajar junto a él, como ayudante. En esa época ya estábamos casados.
Daniel era un ser querible. No existe quien lo haya conocido y dejara de quererlo. Se puede decir que fue un buen hijo, buen padre, buen marido.
Los dos éramos estudiantes de Medicina cuando empezamos a militar en la Juventud Peronista, en los años sesenta y pico. Yo venía de la izquierda. Juntos vivimos “La noche de los bastones largos” estando en la Facultad. Luego vino la dictadura de Lanusse, la “Masacre de Trelew” que marcó un hito en toda nuestra historia futura. Tiempo después nos pasamos a JAEN donde conocimos a Jauretche, Galimbertti, Norma Arrostito.
Durante el año 72 se habían organizado pequeñas protestas en los supermercados Mínimax, a raíz de la llegada de Rockefeller a la Argentina. En esa oportunidad yo estaba embarazada y participé en esas actividades. Llevaba en mi cartera una pelotita de ping pong e iba a ponerla en la puerta del supermercado a la hora del cierre, pero la pelotita estalló en mi cartera. Yo estaba en un estado avanzado de mi embarazo, por lo que todos vinieron a socorrerme y yo, lo único que querría era irme. La cartera quedó en ese lugar y lamentablemente mis documentos no se quemaron. En ese momento pasamos a la clandestinidad. Allanaron la casa de mis suegros, de mis padres, llegaron a la nuestra justo cuando ya nos habíamos ido. A pesar de lo que significaba esa situación, recuerdo que todo lo que emprendíamos, siempre lo hacíamos con una sensación de felicidad, aunque eran épocas difíciles.
Por aquel entonces nació Martín y todos nos decían que era el primer bebé clandestino. Fueron tiempos complicados, porque andábamos de casa en casa. El bebé, una noche dormía en un cajón, otra en una silla. Un día decidí dárselo a mis padres, porque lloraba constantemente. Tuvimos que esperar la subida de Cámpora para poder recuperar a nuestro hijo. Volvimos a estar legales, la pesadilla había terminado. El “se van y nunca volverán” que coreaba la gente fue sólo una ilusión, porque después cayeron con toda la perversidad.
En aquel entonces, Daniel empezó a militar en la zona sur, yo hacía las postas médicas.
Hacia el año 76 vivíamos en Quilmes, cerca de El triangulo, en una casa protegida, porque pocos compañeros sabían nuestra dirección. Recuerdo que solía venir Norma Arrostito, quien para el barrio era mi cuñada.
Llegó el mes de diciembre, una época muy dura, pesada, yo estaba embarazada de mi segundo hijo y me avisaron que Daniel estaba herido. Me llevaron donde estaba, si bien era algo leve, le propuse que nos fuéramos del país, porque las caídas eran una constante y había gente que se había ido. Él me contestó que la lucha había que darla desde adentro, no desde afuera. Yo le planteaba que fulano y fulano se habían ido. Él me contestó que era necesario preservar a los que se habían ido y que nosotros debíamos quedarnos acá. Nació nuestro segundo hijo en plena dictadura. Yo dejé de militar, aunque era sentir día a día la guadaña. Era muy angustiante pensar por dónde salir o dónde esconderse cuando llegaran los grupos de tarea.
Un 29 de abril de 1977, su cumpleaños, salió por la mañana a una cita. Me dijo:”Vuelvo temprano”. Era un viernes y yo le había preparado la mesa, los regalos… y no llegaba. Me empecé a preocupar. Pasó la noche, el sábado, el domingo. El lunes levanté la casa e hice una cita con mi viejo para entregarles a los chicos. Empecé a buscar a alguien que me diera información, porque no teníamos un contacto. Solía tomar un determinado micro para buscar una cara conocida. Pasaron varios días y repetí el mismo procedimiento hasta que vi a una chica renga que viajaba en el colectivo. Le pedí al chofer que se detuviera. La chica caminaba con dificultad, así que la alcancé rápidamente y hablé con ella. No sabía nada, pero quedó en averiguar, armó una cita. Por suerte la cita era real, ellos no sabían nada de la caída de Daniel, pero me ayudaron a levantar la casa.
Se suponía que Daniel Abia caído en una cita cantada, porque tres compañeros tampoco regresaron. Unos días después, el 5 de mayo salió publicado en el diario que habían detenido una célula y entre los detenidos figuraba él. Yo ignoraba si estaba muerto o detenido. Y bueno… me fui del país. Empecé mi militancia en el extranjero junto a un montón de gente. Estábamos vinculados con Organizaciones de Derechos Humanos, Amnisty.
Recuerdo que había aparecido una noticia en el diario con la información de que Alberto Daniel Goldberg había pasado a disposición del PEN, por lo tanto salía en libertad. Los que estaban en el país ubicaron a esa persona, pero era un error, no era Daniel. También corría el rumor, por aquella época, que iban a liberar a veinte personas que estaban en pésimas condiciones físicas. Ese rumor prendió chispas de esperanzas por un momento, pero ellos nunca regresaron.
En los años 1982, 1983 registré dos imágenes del país. Una de ellas, cuando la gente salió a repudiar a los militares, la otra, cuando salieron a vitorearlos por lo de Malvinas. Yo tenía información real de Malvinas y dije que “nunca más regresaría al país”, pero mi papá enfermó gravemente y volví…. Acá me reencontré con familiares. Declaré en la Conadep, hablé con la gente de Antropólogos quienes me conectaron con una persona que regresaba de España a buscar familiares. La charla con esta persona posibilitó el cierre (entre comillas) de mi historia. Este hombre me contó que vio cuando cayó Daniel en La Plata, en las calles 44 y 1, porque vivía cerca. Daniel había ido a una cita con alguien que había caído, lo estaban esperando. Logró tomar la pastilla de cianuro. Esto me da la tranquilidad de saber que no fue torturado.
Unos meses antes de la Asunción de Alfonsín comenzaron a remover las tumbas, luego frenaron esas exhumaciones, pero el decreto llegó tarde, porque Daniel fue a para a una fosa común.
Tengo la documentación que indica que fue enterrado como NN en el cementerio de La Plata, figura como intoxicado.
Hablar con esta persona que vino de España me ayudó a cerrar el círculo, aunque siempre te queda la incógnita.
Una vez al año voy al cementerio. Este año fue muy fuerte ver que nivelaron el piso que estaba roto, pusieron lajas. Son varias fosas. No sé si está en alguna de esas fosas, porque nunca se pudo recuperar el cuerpo. Yo intenté, con Antropólogos, pero es muy difícil, porque al ser fosa común está todo mezclado.
El Topo solía venir a casa con frió, cansado y se dedicaba a jugar con sus hijos, siempre con una sonrisa.
Yo me quería ir del país, aunque sabía que él no hubiera sido feliz en otro lugar. Tenía un compromiso militante muy fuerte el cual yo respeté
María Ester Elena (esposa)

domingo, 31 de agosto de 2008

DESAPARECIDOS DE LOMAS DE ZAMORA

PEDRO HANSEN
ADRIANA DRANGOSH
MARIO VICENTE FERNÀNDEZ
ARNOLDO MOYANO
IGNACIO RODRIGUEZ
HÈCTOR LENCINA
ANIBAL BENÌTEZ
ALFREDO DÌAZ
EDUARDO DÌAZ
GERMÀN GÒMEZ
RUBÈN MAGUNA
GLADYS MARTÌNEZ
OMAR CAFERATTA
HÈCTOR FLORES
HUGO ÀNGEL TEDOLDI
OSCAR JORGE ACUÑA
JORGE RAFAEL VILLAREAL
GREGORIO ARCELO SEMBER
JUAN MARÌA CASTRO
HÈCTOR MARCELO MARGHETICH
EMIL CARLOS VIDAL
INÈS LEDESMA
HAYDEÈ ORELLANA
HÈCTOR NICOLÀS CEJAS
RICARDO TRINIDAD CABRERA
PABLO DANIEL MUSSO
RAMÒN LUCIO PÈREZ
MARIO DÌAZ
ELENA DE LA ROSA
MARIO ANIBAL BARDI
CLAUDIA ISTUETA
MIRTA FÀTIMA MUSANTE
CARLOS ENRIQUE GÒMEZ GARCÌA
LILIAN GRACIELA AMARILLO
VICENTA ORREGO DOMINGUEZ
MARÌA FLORENCIA RUIVAL
RICARDO MIGUEL ``ANGEL MORELLO
RAÙL ERNESTO CECI
ALBERTO PEDRO ORTIZ
RODOLFO VÌCTOR MACEK
GUILLERMO EDUARDO RICNY
GRACIELA MIRTA NOGUEIRA
ROSARIO LASALA
JOSÈ ÌTALO RIÒN
JUAN DOMINGO RIÒN
MARIO ALBERTO ARRATIVEL
GLADYS NOEMÌ MUSANTE
OMAR RODOLFO FARÌAS
RICARDO ANTONIO RUIZ
RAÙL CARDOZO
RAMÒN DUARTE
NORBERTO JULIO RAMÌREZ
OSVALDO DANIEL CAMAROTTI
CARLOS ALBERTO BERNAL OCAMPO
JULIO CÈSAR MOLINA
ALCIRA CAMPIGLIA
ÀNGEL HORACIO GARCÌA PÈREZ
ALICIA OFELIA CASSANO
GUILLERMO ALLAMPRESSE
HORACIO ISMAEL ZAPATA
JOSÈ IGNACIO RÌOS
JUAN CARLOS CAMPERO
HAYDEÈ GARCÌA GALLO
LORENZO GERARDO GERZEL
MARÌA ROSA PARGAS
ALBERTO CAMPS
MÀXIMO RICARDO WETTENGEL
OSCAR ARTURO UDABE
ELSA GUADALUPE SEDRÀN DE CARULLO
MARÌA STELLA ZANOCCO
ADA VICTORIA PORTA
HORACIO GARCÌA GASTELÙ
ALFREDO EMILIO PATIÑO
DANIEL ANTERO ESQUIVEL
HERNÀN DANIEL FERNÀNDEZ
JOSÈ LUIS ALVARENGA
JUAN JOSÈ CERRUDO
LUCIO LEONE
MARIO ALFREDO STIRNEMANN
PABLO DYKYJ
SANTIAGO RYAN
VÌCTOR EDUARDO SEIB
MARTÌN ANDRÈS HAUSCARRIAGA
MARÌA ISABEL REINOSO
JORGE OSMAR MINA
MARÌA CRISTINA PRÒSPERI
LUIS MARÌA ROBERTO
CARLOS ALBERTO LAGO
MARÌA ESTER SCOTTO
JUAN ANTONIO GINÈS
EMILIANO GINÈS
MARIO GUILLERMO CABASSI
GRACIELA ESTER BIRUTES
ALFREDO MARTÌN PASQUINELLI
RICARDO NÈSTOR TAJES
FÈLIX EDGARDO NÙÑEZ
LORENZO FEDERICO CÀCERES
RAMONA BENÌTEZ
FERNANDO ADOLFO AMARILLA
MARÌA CRISTINA BIENPOSTO
HORACIO KOFMAN
MABEL NOEMÌ FERNÀNDEZ
AMELIA ANA HIGA
DANIEL GOLDBERG
EMILIO BARLETTI
PABLO TURNER
GRACIELA PASALACQUA
ADRIANA ACOSTA
SILVIA STREGER
RODOLFO ERNESTO TORRES
EDUARDO STREGER
NOEMÌ MOPTY
AGUSTÌN ENRIQUE FERREYRA
CARLOS RODRIGUEZ
ZULEMA EL GANAME
LEONARDO ADJIMAN
SOLEDAD SCHAJAER
MARÌA TERESA CERVIÑO
JUAN CARLOS ANZORENA
ANA LUCÌA BOSSI
ROSITA FIGUEROA
GUSTAVO OGANDO
MARÌA VICTORIA NAVAJAS JAÙREGUI
MARÌA TERESA BERARDI
MANUEL LOJO